domingo, 6 de febrero de 2011

Batalla de An Najaf, 4 de Abril de 2004, Memoria de una hazaña de valor y respeto.













“Se dice por ahí que algunos de los contingentes más pequeños vienen por interés. Pero con los salvadoreños no es así. Esta gente da mucho más de lo que se puede esperar de ellos. Son las tropas más valientes y más profesionales con las que he trabajado”.
Phil Kosnett (Autoridad Provisional de la Coalición en Nayaf. 2004).

Antecedentes
Najaf, es una provincia con más de 900,000 habitantes, su ciudad principal es An Najaf donde viven un aproximado de 600,000 personas. En el mundo musulmán, los chiítas la consideran “Santa”. La tribu chiíta es la más numerosa y predominante ramificación del Islam en Iraq y en el cementerio de Najaf se encuentran los restos del Imán ALI ABI TALIB, su líder religioso.

An Najaf es la ciudad más importante del sur de Iraq. Vivir y morir en esta ciudad, es para los chiítas un gran honor, ya que sus restos serán enterrados en esta tierra, cerca de su líder. Feligreses de todo Iraq piden ser enterrados ahí lo que convierte al panteón en uno de los más grandes del mundo.

Durante el régimen de Saddam Husein las poblaciones chiítas fueron marginadas y oprimidas, debido, principalmente, a que Husein pertenecía a la tribu sunita, una ramificación minoritaria del Islam radicada, más ampliamente, al norte del país, en la franja territorial conocida como el “triangulo sunita” y compuesta por las poblaciones de Tikrit, Samarra y Mosul, las más prosperadas del área debido al favorecimiento y financiamiento de todo tipo de proyectos, otorgados por el régimen Husseimista. No así las poblaciones con presencia chiíta. Esa sensación de inconformidad motivó en ellos un abierto apoyo a las fuerzas de coalición, con la sola esperanza de que el régimen de Hussein fuera derrocado durante la primera Guerra del Golfo en 1991. Lamentablemente esto no ocurrió y tuvieron que pagar por su osadía.

Una vez finalizada la guerra, Saddam mandó a su Guardia Republicana, que convirtiera la Ciudad Santa de los chiítas en un basurero, de ahí que las tropas salían a las calles a botar la basura como gesto de desprecio.

Una vez derrocado Husein, los habitantes de Najaf, se consideraron libres del régimen y decidieron colaborar ampliamente con las fuerzas de Coalición, siempre y cuando se respeten sus tradiciones y costumbres.

Durante la guerra de Iraq, el Batallón Cuscatlán fue asignado a An Najaf, donde, como en toda ciudad iraquí abundan las mezquitas o lugares sagrados y donde la mayoría de sus habitantes posee un arma de fuego (AK-47), para la defensa personal dentro de sus casas, no así para portarla.

Las costumbres musulmanas son sumamente diferentes a las occidentales, desde el saludo, la comida, hasta los días de fin de semana, que son los jueves y viernes. Es por ello que sus bodas las celebran en día jueves. En cualquier calle de cualquier ciudad, si la familia sale de casa, es común observar que los hombres caminan, al menos tres pasos delante de sus mujeres y sus hijas. Y es raro ver una mujer conduciendo un vehículo, no así en Kuwait. Los musulmanes rezan por tradición cinco veces al día, en pro de lo mismo, las mezquitas y las radios locales se ponen en cadena para transmitir las oraciones de la hora. Otra costumbre muy respetada es la peregrinación hacia la Mezquita de Alí, a la que acuden gran cantidad de musulmanes de toda procedencia; sirios, turcos e iraníes. Esta peregrinación es acompañada de cantos y rezos, con banderas de color verde e inscripciones en árabe.

Así es la vida comúnmente en las poblaciones de Iraq, tradicional y caótica pero sencilla, es un “país rico pero un pueblo pobre”. Creen por fe que el martirio que viven a diario, es la forma de llegar al cielo, a los hombres no les gusta que se les regale la comida y si se les regala se la dan a los niños, ya que están convencidos que para comer deben luchar, se creen impuros con la dádiva. Es más honroso el sacrificio por la subsistencia.

Precedentes de la sublevación chiíta
Su génesis está en Al-Sadr de Muqtada e inició con una pequeña agrupación de chiítas islámicos religiosos, organizados en el ejército de Mahdi, arraigados en la Ciudad de Sadr, distrito de Bagdad, la que fue conocida como ciudad de Saddam. Este grupo tomó el vacío de seguridad de la ciudad Sadr y otras ciudades iraquíes contiguas que seguían a la caída de Bagdad por las fuerzas de la coalición. Este grupo se fortaleció por prestar seguridad en los barrios pobres que eran presa de los saqueadores.

Como era de esperarse, el ejército de Mahdi creció gradualmente y Al-Sadr lo formalizó en junio de 2003. Una vez fortalecido, se convirtió en una fuerza muy importante con un aproximado de 10,000 efectivos. Algunos de sus miembros llegaron a ocupar cargos en el gobierno recién creado. A pesar de ello Al-Sadr, mantiene su crítica en contra de la ocupación de los EE UU, pero aún así no inició ataques en contra de las fuerzas de coalición.

La posición de Sadr cambió drásticamente a inicios de abril de 2004. Dos hechos fueron determinantes: uno fue el cierre del periódico Al-Hawza de Sadr y el otro la detención, 2 de abril, de uno de los más cercanos colaboradores de Husseim, su lugarteniente Mustafa Al-Yaqubi, sospechoso de estar vinculado al asesinato del Ayatola Sayyed Abdul Majeed Al- Khoei. Esa misma fecha, Sadr dio un sermón a sus fieles diciendo: "No hay lugar para manifestaciones, como el enemigo que adora el terror y suprime las opiniones e ignora al pueblo. Os pido que no os empleéis en manifestaciones por que son una base inútil. Debemos buscar otras vías capaces de aterrorizar a nuestros enemigos, porque no podemos quedarnos callados ante sus violaciones”.
El día siguiente, las protestas violentas arreciaron en contra de las fuerzas de coalición, apoyados por las milicias del ejército de Mahdi, hasta llegar al día 4 de Abril.

Inician las hostilidades. (Sábado 3 de abril)
El ejército de Madhi, comenzó una ofensiva sincronizada en las ciudades de Najaf, Kufa, Kut y Sadr, tomando bajo su control los edificios e instalaciones de policía, mientras se combatía con las fuerzas de coalición. Las milicias de Madhi lograron en su ofensiva, ganar el control parcial de Karbala. Asimismo, los ataques se extendieron hacia Nasiriyah, Amarah y Basra. Logrando con ello atacar el centro de mando de la coalición, lo que supuso una victoria militar y extender sus operaciones a otras zonas urbanas.

Particularmente Najaf, estaba en una situación difícil; por una parte la seguridad de los Campamentos de Baker y Golf era sensible, debido a que ambos campamentos se encontraban separados entre sí por una carretera de uso militar, no contaban con unidades de combate pesadas y la seguridad estaba limitada a la que podían dar los reducidos contingentes de soldados, en su mayoría unidades de apoyo al combate, ya que se estaba efectuando el relevo de las tropas norteamericanas. Por otro lado, el Hospital de Najaf estaba dominado por los insurgentes, quienes controlaban el área circundante del edificio y en su interior con francotiradores.

Para el sábado 3 de abril, en todo Iraq la situación era sumamente tensa, pero en Najaf era peor, los combates de la noche anterior habían sido muy fuertes y llegaron hasta el amanecer. Por la mañana, la televisión local mostraba imágenes del gobernador de Najaf junto al armamento capturado por las fuerzas de la coalición. El día trascurría en alerta y con movimientos de tropas. Los disparos se escuchaban por toda la ciudad.

A eso de las siete de la noche, se informó que una gran manifestación se dirigía hacia la Base Al Andaluz de España. Fue necesario que más soldados salvadoreños apoyaran la seguridad de la base, donde ya se encontraban cincuenta cuscatlecos.

Además de las de seguridad, dentro de las medidas realizadas, se encomendó al señor oficial de Asuntos Civiles del Batallón Cuscatlán para que se comunicara con la turba mediante el uso de altoparlantes, a fin prevenir mayores consecuencias. La turba de unos 2,000 manifestantes estaba encolerizada dispuesta a todo, exigiendo la libertad de Mustafá Al-Yaqubi, quien había sido capturado por tropas norteamericanas. Las conversaciones entre el oficial y los manifestantes fueron infructuosas y sólo consiguieron empeorar la situación.

Ante la carencia de respuestas la turba comenzó a lanzar piedras en contra las tropas salvadoreñas posicionadas en el portón principal de la base. Su mensaje fue claro; “el día de mañana sabrán del poder de Alá”. Esa noche fue aterradora. Los cohetes no dejaron de caer sobre el campamento.

Desarrollo de la Batalla del 4 de abril de 2004 .
Este día dejaría una huella indeleble en los soldados y el pueblo salvadoreño, al perder a un compañero y compatriota en tierras lejanas… La rutina diaria inició a las 5 de la mañana con el aseo personal, ir al comedor a desayunar y disponerlo todo para salir de la base al cumplimiento de diferentes tareas. La primera unidad en salir fue la que debía dar entrenamiento a las futuras tropas del Cuerpo de Defensa Civil Iraquí (ICDC); se dirigieron hacia un lugar conocido como la Cárcel, distante a escasos dos kilómetros del Campamento “GOLF”, la base salvadoreña. La otra unidad empeñada en salir era Asuntos Civiles, responsable de realizar una entrega de material humanitario en una escuela de los alrededores y, desde temprano, sus elementos preparaban el material que se entregaría a los niños.

Una patrulla con 17 soldados de la 2ª Compañía de Infantería Motorizada, salió hacia La Cárcel. Eran las 09:00 horas, cuando el Cap. Ábrego llegó al campamento con 75 soldados del Batallón de ICDC de An Najaf, prestos a colaborar con el batallón salvadoreño para controlar a las masas iraquíes, pues se tenía conocimiento que ese día habría una protesta, frente al Campamento “GOLF”, para exigir la libertad del Sr. Al Yaccoubbi, hombre de confianza de líder religioso Moqtada Al Sadr, en la provincia de An Najaf, recientemente capturado por las fuerzas de coalición.

El personal del ICDC fue desembarcado en las afueras del check point (Punto de Control No. 1), se les distribuyó equipo de control antidisturbios. Mientras tanto, el Cap. Ábrego dio algunas instrucciones de las acciones a tomar en caso de alguna aglomeración frente a la posición defensiva del campamento.

Desde hacía dos días, la población celebraba una actividad religiosa. De repente, el check point informó acerca de una bengala en el cielo a las 10:00 am. La patrulla salvadoreña creyó que era la señal del puesto de observación colocado sobre el Hospital de An Najaf, indicando que la protesta se acercaba al Campamento. Estaban equivocados, la señal era para las milicias de Moqtada con el propósito de que iniciaran el ataque sobre las fuerzas de la Coalición en An Najaf.

Los capitanes Ábrego y Ramírez se quedaron en el Punto de Control N° 1 dirigiendo la defensa de su posición. El ataque continuó con disparos al interior del campamento. Paralelamente, en La Cárcel, el personal militar del BC-II, integrado por el Tte. Lacayo y una patrulla de 17 elementos, entrenaba a los soldados iraquíes y había quedado aislada bajo fuego insurgente. Al dar inicio las acciones bélicas, la mayoría de reclutas de defensas civiles iraquíes huyó. Sólo un pequeño grupo, con limitada munición y entrenamiento, repelía el ataque y constituía inadecuado apoyo a la sitiada patrulla salvadoreña.

A las 11:00 de la mañana arreciaron los combates y tres soldados salvadoreños resultaron heridos, quienes iban en apoyo al personal que estaba dentro de la carcel, entre ellos el Soldado Natividad Méndez Ramos, radio operador del Tte. Martínez, quien al momento del ataque se replego de nuevo a la base Andaluz. Los atacantes tenían totalmente rodeada la posición salvadoreña y, simultáneamente, bajo fuego al Campamento “GOLF” (Base El Salvador y la Base española Al Andaluz). A medida que pasaba la mañana, las acciones se incrementaron. Ante la imposibilidad de conseguir apoyo para evacuar a la patrulla salvadoreña por otros medios, se optó por enviar vehículos blindados asignados al Batallón Cuscatlán y otros refuerzos a pie para rescatar la patrulla sitiada.

La unidad de refuerzo iba al mando del Cap. Gálvez, quien inició su desplazamiento a las 2:00 p.m. Se aproximó por la calle del hospital de An Nayaf, desconociendo que los atacantes ya se habían tomado el sexto piso del hospital, desde donde los francotiradores habrían fuego contra la base y los miembros de la coalición. En la azotea del mismo edificio se encontraban dos francotiradores salvadoreños quienes luchaban por sus vidas, para evitar que los milicianos subieran hasta su posición y lograran un control sumamente ventajoso. Ochenta hombres de refuerzo se desplazaban minuciosamente cuando fueron sorprendidos por los francotiradores del hospital.

Posteriormente llegaron las tropas de refuerzo a la entrada de la Cárcel, cada soldado que ingresaba debía decir su apellido, como medida de control del personal, pero al hacer el conteo de la patrulla hacía falta uno: el soldado Natividad.

Los combates recrudecieron aún más, los reportes de las unidades eran cuatro soldados muertos. Lo que pasó fue que un equipo de 4 soldados fue atacado por un francotirador, hirió a uno y los otros tres se lanzaron al suelo por un espacio de dos horas cubriéndose del fuego insurgente.
A pesar de lo fuerte de los combates es de admirar el trabajo de los reporteros de guerra, quienes haciendo uso de la tecnología, desde el lugar de los hechos informaron (aunque de manera imprecisa) la muerte de 4 soldados salvadoreños. Estos datos no oficiales, pudieron comprobarse hasta pasadas las horas. Sí hubo un muerto, los demás heridos.

El soldado Jesús Natividad Méndez Ramos fue impactado por dos disparos de fusil AK 47 que penetraron en el sector derecho de su abdomen por la parte intermedia de su chaleco blindado. Otros cinco soldados resultaron heridos y uno más resultó ileso. En unas pocas horas, en las instalaciones de La Cárcel, había seis bajas entre los salvadoreños.

Eran las 2:30 p.m. y el combate no había cesado. Aviones de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos sobrevolaron el área tratando de identificar blancos para apoyar a las tropas salvadoreñas. Poco después, dos helicópteros de ataque, sobrevolaron la base, a baja altura y, al identificar algunas de las posiciones insurgentes, atacaron y destruyeron los reductos insurgentes, aliviando la presión y facilitando la evacuación del área a la sitiada patrulla salvadoreña.

Rescate del Soldado Natividad Méndez Ramos
Una misión cercana a lo imposible se extendió entre los salvadoreños. Había un soldado caído en combate: el compañero Méndez Ramos, de quien las milicias insurgentes no permitían retirar su cuerpo. Se habían propuesto tomarlo como símbolo de saña, como singular trofeo de su ataque. Los compañeros de Méndez así lo habían comprendido y no iban a consentir la satisfacción de aquel morboso deseo. A costa de lo que fuera había que rescatar el cuerpo inerte del compañero de armas. Aún bajo fuego, el sargento Solórzano y seis soldados más decidieron rescatar al soldado Méndez. La misión era traerlo a la base, a quien no se imaginan muerto. Poco tiempo después de haber salido en su búsqueda detectaron el cuerpo de Méndez. Al acercarse se percataron de que estaba muerto y que le habían robado su arma de equipo. La inmediata revisión del cadáver dejó ver que había recibido un disparo a un costado, donde el chaleco antibalas no protege. La vida de un valiente había sido truncada.

Natividad Méndez era el responsable de portar el radio de comunicación. Se deduce que ese fue el motivo de convertirse en blanco para el francotirador, eliminar las comunicaciones de la patrulla.

Uno de los soldados del grupo de refuerzo tomó la acción y al llegar a la posición sitiada bajo intenso fuego, con el apoyo de otros soldados de su equipo, rescató el cuerpo del soldado Méndez Ramos, lo sacó de la zona de fuego y lo cargó sobre su hombro hasta una posición segura de donde fue llevado a la base. Esa fecha, el Batallón Cuscatlán se cubrió de luto.
Los combates continuaron y, al igual que entre los insurgentes, en filas salvadoreñas incrementaron los heridos, quienes fueron atendidos bajo fuego.

Hazaña de combate cuerpo a cuerpo del Cabo Toloza
Las acciones fueron diversas; pero al igual que el dolor de la muerte, los soldados salvadoreños también experimentaron el valor, el coraje y la gloria. Ese mismo día, en el desarrollo de la Operación Libertad para Iraq, sucedió uno de los actos más escasos en batalla: el enfrentamiento cuerpo a cuerpo.

El combate se desarrollaba entre el ejército de Al- Madhi y las fuerzas de la coalición. Los soldados salvadoreños estaban sitiados y trataban de salir hacia la base. Un grupo de las milicias de Al-Madhi rodeó y agredió a cuatro soldados. Uno de ellos cayó herido y la sorpresa impactó brevemente a los cuscatlecos. Ese instante de desconcierto fue aprovechado por las milicias enemigas para lanzarse en su contra, a fin de someter y hacer prisioneros a los salvadoreños.

La munición, prácticamente, se había agotado. De alguna forma había que repeler el ataque y defender la vida. El jefe de equipo era el Cabo Toloza, "el único recurso disponible era su navaja de bolsillo. Al ver a los atacantes que intentaban desarmar a uno de sus hombres, empuñó su daga y haciendo a un lado el natural temor a la muerte, enfrentó cuerpo a cuerpo a los milicianos. El coraje fue grande y la destreza insuperable. Rápidamente neutralizó a dos atacantes y el resto huyó despavorido al ver la pericia del cabo Toloza”. El acto de valentía permitió rescatar al soldado herido y librar a sus otros compañeros de equipo.

Toloza en su declaración y con sus palabras dijo:“Al soldado José Esteban Ramírez lo tenían agarrado dos Chiítas, yo simplemente tuve que defender a mi compañero. No podía dejarlo morir”. El Cabo Toloza recuerda que los combates fueron muy intensos, que la munición se le había terminado: “Saque una navaja y ésa fue el arma con que lo defendí hasta que el miliciano de Al-Madhi quedó herido; sólo entonces, los chiítas soltaron a mi compañero”. El combate cuerpo a cuerpo fue dilatado, “luché con ellos, aproximadamente, cinco minutos y nosotros estamos entrenados para el combate con bayoneta”. El valor y el heroísmo de los salvadoreños, una vez más, quedó demostrado.

Por fin, se realizó la evacuación de heridos y tropas sitiadas, lo cual fue posible mediante acciones de apoyo aéreo que facilitaron el ingreso de refuerzos y de dos blindados españoles que acudieron a trasladar a las víctimas. Asimismo, vehículos del BC-II concurrieron a rescatar a los pocos soldados iraquíes que aun permanecían en apoyo de los soldados salvadoreños. Aún bajo el fuego persistente, el BC-II logró recuperar a la unidad sitiada y concentrarse en la defensa del perímetro y en la recuperación del hospital.

Recuperación del Hospital.
Habían pasado doce horas de combate y el fuego persistía. El hospital continuaba en manos enemigas y era urgente garantizar atención médica a la población de An Najaf. El Comandante del BC-II, ordenó a la Primera Compañía de Infantería Motorizada, al mando del Cap. Fuentes, reconquistar el nosocomio. Dos miembros de la Fuerzas Especiales de los Estados Unidos se agregaron a esta misión que empezó a las 22:00 Hrs.

Con mucha precaución, unos ochenta soldados salvadoreños se desplazaron hacia el hospital y realizaron impecablemente la misión de toma y control de una edificación. Cuarto por cuarto y piso por piso, en una maniobra que llevó toda la noche y bajo fuego hostil, se cumplió el propósito sin ninguna baja y sin recurrir a proyectiles de alto poder que pudiesen dañar más la lacerada estructura.

Al final de aquella hazaña se contaron 12 soldados heridos y lamentablemente, la muerte del soldado Natividad Méndez Ramos. Las acciones de armas fueron monitoreadas por el Comandante de las Fuerzas Aliadas en Iraq, al mando del Sr. Tte. Gral. Ricardo Sánchez, quien llegó al campamento la misma tarde del suceso.

A raíz de estos incidentes, los contingentes de República Dominicana, Honduras, y el Reino de España iniciaron su retiro del teatro de operaciones. El 27 de mayo de 2004, El Salvador era el único país latinoamericano en labores de estabilidad y reconstrucción en Iraq.

Sin embargo, días más tarde, el Comandante del Comando Sur de los Estados Unidos, General James T. Hill, otorgó al cabo Toloza un “puñal conmemorativo al heroísmo en combate”, reconocimiento poco frecuente que, solo ha sido asignado a unos 1,500 soldados en la historia del ejército de los Estados Unidos.

Adicionalmente, el 4 de Agosto de 2004, El Presidente de la República y Comandante General de la Fuerza Armada de El Salvador, condecoró con la medalla al “Herido en Combate” en el Estadio Nacional “Jorge Mágico González” de San Salvador, al personal de Tropa del Batallón Cuscatlán II, que resultó herido en los combates del 04ABR004, en An Najaf, Iraq. Ese mismo día otorgó la medalla de “Caído en Combate”, a la Sra. Herminia Ramos de Méndez, madre del soldado Natividad Méndez Ramos, quien falleció en combate, el 04ABR004, en An Najaf, Iraq.
Asimismo, en reconocimiento post mortem, el soldado Natividad Méndez Ramos fue condecorado por el Ejército de Tierra del Reino de España con la condecoración “Cruz al Mérito Militar con Distintivo Rojo”, por haber fallecido heroicamente en el cumplimiento del deber.

La División Multinacional Centro Sur, también ponderó las acciones y, el 18 de Agosto, otorgó la medalla “División Multinacional Centro Sur” (MND-CS), al personal del Batallón Cuscatlán II, por el valioso aporte a la estabilización de la República de Iraq, en el periodo de FEB-AGO004, en el marco de la operación “Iraquí Freedom”.


Fuerzas que intervinieron en la Batalla.
Tropas que intervinieron Tropas de Refuerzo
B Company - 711th Signal Battalion, con sus QRF (Quick Reaction Force). Equipo FAC del 4th ANGLICO


Policía Militar del 503rd Military Police Brigade (Airborne) 1 ODA del 5th Special Forces Group


Batallón Cuscatlán II Contingente


3 Helicópteros MD-530F "Little Bird" de Blackwater, parte de la escolta personal de Paul Bremer.
Pelotón del RCLAC Farnesio del Ejército Español (Base Al Andalus) 1 "slice" de helicópteros Apache.
Sección del RIM Saboya 6 3 Helicópteros MD-530F "Little Bird" de Blackwater, parte de la escolta personal de Paul Bremer.
8 hombres de Blackwater USA Security.

Referencias:
1. Proyecto Najaf (http:/ / najafproject. iespana. es/ )
2. La Batalla de An- Najaf, wikipedia.
3. Libro Operaciones de Ayuda Humanitaria y de Reconstrucción en Iraq.

6 comentarios:

Archi dijo...

Que chivo!!!

Unknown dijo...

Cnel. Garcia Rivera, lo felicito por tan completa narracion de los hechos, por un momento me transporte al lugar.
En honor al Cabo Toloza se ha diseñado un cuchillo, el cual puede ser visto en el siguiente link.
http://www.tactical-life.com/online/tactical-knives/condor%E2%80%99s-tank-tough-toloza/
Saludos
Cnel. Francisco Ramos

Ángel dijo...

Falta por nombrar el personal de CIMIC la Sección de Transmisiones de Al-Andalus y Psiops

nelson dijo...

Sr. Coronel Garcia Rivera gracias por compartir esta historia de honor de nuestros compatriotas, espero que se reunan para conmemorar estos hechos que nadie olvide esas horas de lucha por un ideal que solo un Soldado lleva dentro de el. Felicidades.

Unknown dijo...

Mi profunda admiración al batallón Cuscatlán y al Cabo Toloza. Honor a quienes lo merecen

Unknown dijo...

Lo felisito mi cnel. García Rivera . Soy el cabo Gómez Rodríguez quien participo en los ataques en en amnayaf iraq junto a mi cabo toloza en el batallón Cuscatlán II. Experiencia que vivimos y aún la contamos.